BRADATAN, COSTICA
El fracaso lejos de deprimirnos, debería ser una oportunidad para conocernos mejor; para aprender que es necesario conocer nuestros límites y reconciliarnos con la idea de la muerte. A través de cuatro personajes representativos de las cuatro clases de fracaso que describe (Weil, Gandhi, Cioran y Mishima), el autor estudia las condiciones de la autohumillación, el desprecio del mundo y el suicidio glorioso.