ANTONIO MUÑOZ MOLINA
Un andar solitario entre la gente es la historia de un caminante que escribe siempre a lápiz, recortando y pegando cosas, recogiendo papeles por la calle, en la estela de artistas que han practicado el arte del collage, la basura y el reciclaje como Diane Arbus o Dubuffet, así como la de los grandes caminantes urbanos de la literatura: de Quincey, Baudelaire, Poe, Joyce, Walter Benjamin, Melville, Lorca, Whitman
A la manera de Poeta en Nueva York, de Lorca, la narración de Un andar solitario entre la gente está hecha de celebración y denuncia: la denuncia del ruido extremo del capitalismo, de la conversión de todo en mercancía y basura; y la celebración de la belleza y la variedad del mundo, de la mirada ecológica y estética que recicla la basura en fertilidad y arte.
«Me gusta la literatura que me trastorna y me embriaga como vino o música, que me saca de mí, que me fuerza a leerla en voz alta y a favorecer su contagio, que me explica el mundo y me pone en pie de guerra con el mundo y me refugia de él y me revela con la misma vehemencia todo su horror y toda su belleza.»